6 | Billetes Españoles

1000 Pesetas. 1 de Octubre de 1886. Sin serie. (Edifil 2023: 296, Pick: 38). Extraordinariamente raro, profusamente reparado. MBC-. Encapsulado PMG20NET (Repaired, reconstructed, pieces added)(para hacernos idea de la rareza, a fecha 1 de Marzo de 2024, se trata del único calificado en PMG).

A pesar de que el Banco de España consiguió el monopolio de emisión en todo el territorio español en 1874, la entidad siguió con su misma filosofía de circulación de billetes. Éstos correrían solamente por determinadas provincias donde había sucursales del Banco, pero en ningún momento se planteó la circulación a nivel nacional. Entre los opositores a esto encontraremos incluso a destacados políticos que tendrían cargos en el Banco de España. Pero el camino hacia la unificación de la circulación fiduciaria no podía detenerse. En 1878 se acordó la circulación regional, permitiéndose el intercambio de billetes de baja denominación domiciliados en algunas regiones limítrofes. El primer caso fue entre las recién creadas sucursales de Reus y Tarragona, proyectándose después la circulación entre Sevilla, Cádiz y Jerez y varias más en los años siguientes.

La dificultad de prever el canje de billetes en cualquier punto o su recursividad en un punto suponía un dolor de cabeza para el Banco, porque necesitaba tener teóricamente mucho más metálico movilizado para poder cubrir dichas circunstancias. En marzo de 1882 el Banco dispuso que los billetes de 25 pesetas que se fueran emitiendo se admitieran en todas las sucursales. Algo más de un mes después se acordó la circulación nacional de los billetes de 50 y 100 pesetas. Se utilizó la emisión de 1878 con ese fin.

El proceso culminó el 14 de febrero de 1884 cuando se autorizó la extensión de los billetes de 250, 500 y 1000 pesetas como medio de pago a nivel nacional. Sin embargo, el desconocimiento por parte del público y la existencia de billetes con sellos domiciliados no proporcionaba una imagen adecuada. Es por ello que el Banco decidió crear una nueva emisión completa, la de 1886, con el objeto de proporcionar una imagen única al billete nacional. En otras palabras, se buscaba clarificar al público qué billetes eran de uso en todo el país. En cierto sentido, la utilización de una misma viñeta en todos los billetes simbolizaba la unificación del papel moneda. La circulación de billetes se multiplicó por diez en relación a 1874 en el proceso de expansión a todo el territorio. Entre 1886 y 1887 se abrieron 16 sucursales del Banco.

Desde el punto de vista del coleccionista, los billetes de 500 y 1000 pesetas de 1886 son ejemplares de culto. Muy raros, con poquísimos ejemplares supervivientes, estos billetes además son de una gran belleza, particularmente el de 1000 pesetas. El billete de 500 tiene unas viñetas auxiliares diseñadas por Alejandro Ferrant Fischermans que quizá no sean sus mejores retratos, pero están cargadas de simbolismo. Veremos una obra suya también en el reverso de las 500 pesetas de 1928 dedicado a Fernando III el Santo. El retrato de Goya empleado como viñeta principal de esta serie de billetes está basado en el óleo de Vicente López, al que se dedicaría casi medio siglo después el billete de 25 pesetas de 1931. Los grabados son obra principalmente de Domingo Martínez y Bartolomé Maura.


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flag_en 1000 Pesetas. October 1, 1886. No series. (Edifil 2021: 296, Pick: 38). Extraordinarily rare, lavishly repaired. Almost Very Fine. Encapsulated PMG20NET (Repaired, reconstructed, pieces added) (to give us an idea of ​​the rarity, as of March 1, 2024, it is the only one qualified in PMG).

Although the Bank of Spain obtained a monopoly on issuance throughout Spanish territory in 1874, the entity continued with its same philosophy of banknote circulation. These would only run in certain provinces where there were branches of the Bank, but at no time was circulation at the national level considered. Among the opponents of this we will even find prominent politicians who would have positions in the Bank of Spain. But the path towards the unification of fiduciary circulation could not be stopped. In 1878, regional circulation was agreed, allowing the exchange of low-denomination banknotes domiciled in some neighboring regions. The first case was between the recently created branches of Reus and Tarragona, later planning circulation between Sevilla, Cádiz and Jerez and several more in the following years.

The difficulty of foreseeing the exchange of banknotes at any point or their recursion at one point represented a headache for the Bank, because it needed to theoretically have much more cash mobilized to be able to cover such circumstances. In March 1882, the Bank ordered that the 25 peseta notes that were issued be accepted in all branches. A little more than a month later, the national circulation of the 50 and 100 peseta bills was agreed. The 1878 issue was used for that purpose.

The process culminated on February 14, 1884 when the extension of 250, 500 and 1000 peseta banknotes as a means of payment nationwide was authorized. However, the public's lack of knowledge and the existence of banknotes with domiciled stamps did not provide an adequate image. That is why the Bank decided to create a new complete issue, that of 1886, in order to provide a unique image to the national banknote. In other words, the aim was to clarify to the public which banknotes were in use throughout the country. In a certain sense, the use of the same vignette on all banknotes symbolized the unification of paper money. The circulation of banknotes multiplied tenfold compared to 1874 in the process of expansion to the entire territory. Between 1886 and 1887, 16 branches of the Bank were opened.

From the collector's point of view, the 500 and 1000 peseta banknotes of 1886 are cult specimens. Very rare, with very few surviving copies, these banknotes are also of great beauty, particularly the 1000 pesetas one. The 500 bill has some auxiliary vignettes designed by Alejandro Ferrant Fischermans that may not be his best portraits, but they are loaded with symbolism. We will also see one of his works on the back of the 500 pesetas of 1928 dedicated to Fernando III the Saint. The portrait of Goya used as the main vignette of this series of banknotes is based on the oil painting by Vicente López, to which the 25 peseta banknote of 1931 would be dedicated almost half a century later. The engravings are the work mainly of Domingo Martínez and Bartolomé Maura.

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Martes, 23 Abril 2024 | 16:00

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